s e m a t e k a

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¿Quién engañó a Marla Singer? Sexta parte.

18.12.08 by Andrés Jáquez


May I never be complete.
May I never be content.
May I never be perfect.
Deliver me, Tyler, for being perfect and complete.
-Fight Club (libro), Chuck Palahniuk. Capítulo 5.

Cuarto paso:captar el momento dogmático.

Por este paso la deconstrucción siempre sucede de manera hiperconceptual, siempre habita en la periferia de un texto, en los bordes, en los límites, en la posibilidad, en lo que puede ser.

Para capturar el momento dogmático es necesario romper los esquemas tradicionales y adquirir una nueva forma de ver, es indispensable recorrer los caminos prohibidos por la tradición. El momento dogmático, el residuo de credulidad, se vislumbra dentro del acto subversivo al cuestionar la herencia, cuando se recorren y clasifican las texturas, los colores y degradaciones, de las fisuras del edificio conceptual que da vida a un texto.

No hay método, no hay camino seguro. Aunque se elabore demasiado sobre cómo ejecutar la acrobacia necesaria o qué tipo de sortilegios deben activarse para descubrir tal momento dogmático, no habrá certezas. Solamente existen dos ideas fuerza, dos mantras, dos semas que mantienen viva esta búsqueda: infidelidad e incertidumbre. "La mejor manera de serle fiel a una herencia es serle infiel!.", dice Jacques Derridá. Por lo tanto el héroe abandona el cobijo familiar para sumergirse en la aventura de un destino errante e incierto, sin embargo su intención es regresar algún día lleno de gloria y renombre (¡renombrado, re-designado!) para continuar con la tradición, conservarla y reafirmar su herencia.

No debe interpretarse al momento dogmático como un punto débil, una flaqueza, un talón de Aquiles; más bien su interpretación radica en lo oculto, en el acertijo, es, definitivamente, la senda del héroe. Son los elegidos quienes pueden demostrarse a sí mismo su condición única y diferente a los demás - a los tradicionales -. Los elegidos podrán ver aquello que se escapa a los ojos nublados, velados, de todos.

La literatura épica es deconstructiva, sin lugar a dudas. Cualquier texto que proponga retornar al momento básico y fundante -el origen- es deconstructivo mientras el reingreso suceda en círculos, por laberintos, por rutas desconocidas.

En Fight Club la deconstrucción de una realidad heredada inicia cuando Tyler Durden dice "I want you to hit me, as hard as you can". Esta petición, expuesta a "Jack", es la condición necesaria para ingresar en el mundo de Tyler, en el camino prohibido que crítica a las super-estructuras.

Es en el capítulo veintitrés del libro donde se descubre el momento dogmático de toda la parafernalia masculina, homoerótica, que profesa Fight Club. La falta de lectura del texto original ha sido la causa del mal entendido, de la actitud conformista y soberbia que se observa en los adolescentes-espectadores originales y en los que continuaron con la práctica desequilibrada, injusta, de creer solamente en el formato cinematográfico. Es en este espacio escrito, dentro de la línea histórica encapsulada en Fight Club, donde se centrará mi análisis.


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Galvin P. Chow propone, en un brilante y organizado texto, que Fight Club es la consecuencia directa, o la continuación, del comic llamado Calvin & Hobbes, escrita y dibujada por Bill Watterson. Utilizando la terminología clásica de la psicología y filosofías anarco-primitivistas logra introducirnos a su hipótesis, en la que su argumento central reside en la idea de que Calvin, un niño de 6 años supuestamente indefenso y ensimismado, es "Jack" (en la película, aunque en el libro no se menciona el verdadero nombre del narrador-protagonista) y Hobbes, el pomposo tigre que lo ayuda a evadir la monotonía de la vida real y sus estructurados padres, no es otro sino el Tyler Durden imaginario, el lado oscuro y reprimido, que hace de la anarquía su alimento.