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TRES OBSERVACIONES SOBRE LA PERTINENCIA / TRES

15.6.06 by Andrés Jáquez

TRES OBSERVACIONES SOBRE LA PERTINENCIA
DE UN COLECTIVO DE DISEÑO EN MÉXICO

por Andrés Jáquez


TRES/tres

















Los dos puntos anteriores presentan el contexto y la dinámica que se mantiene activa en nuestro país respecto al ejercicio profesional del diseño. Era importante señalar ambas para detectar cuáles serían las preguntas por formular con la intención de esclarecer el panorama y sistema de nuestra agrupación, la cual nos ha exigido reflexionar, en un primer momento, sobre el objetivo de la misma. No todo está perdido pero he obviado las batallas ganadas para ejercer un criticismo tajante y que no permita concesiones ni mucho menos esperanzas fantasmagóricas. He concluido a lo largo de estas semanas que la pregunta radical es: ¿cómo actuaremos? Se me ocurre que para responder es necesario un modo de ser, así que me he permitido poner como prioritario el análisis sobre lo que seremos antes de cómo actuaremos. Para eso planteo algunas ideas y posturas a tomar, partiendo de la consigna de lograr definir qué espero de un esfuerzo conjunto de individuos para incidir en la realidad desde un proyecto de diseño.

Históricamente la evolución en el diseño de una zona se ha dado de la siguientes maneras:

a) Por la necesidad imperativa de consolidar un proceso de manufactura aprovechando los recursos existentes.

b) Por los centros de diseño especializados que desarrollan productos o modelos para un sector determinado de acuerdo a su visión de la realidad

c) Por diseñadores independientes que utilizan el diseño como una forma de expresión.


d) Por las academias de diseño que establecen una relación estrecha y crítica con la realidad.


e) Por los grupos colegiados y colectivos que ponen en práctica ideas comunes que impacten significativamente sobre la realidad.



En estos incisos se encuentra la construcción teórica y práctica del diseño, así como la intervención de los diversos sectores de la sociedad, en mayor o menor grado. No es intención de este texto desglosar cada uno sino poner claro el horizonte de lo que se propone con el esfuerzo común del grupo que ahora se ha establecido.

Todos esos incisos conforman, para el ojo agudo, un movimiento, un cuerpo que existe y respira, una sumatoria de partes que provoca el traslado del punto A al punto B. Desde mi perspectiva yo veo el inicio del posible movimiento mexicano de diseño por la acertada y pertinente agrupación de todas las partes en un solo cuerpo. ¿A quién corresponde dar vida al que ha de moverse? Eso es algo que responde a una urgencia social, económica y política. Lo que han demostrado escenarios como Chicago, Barcelona, Holanda y Dubai es que el colectivo propicia una estructura ideal para dialogar con los tres sectores importantes. Una estructura que no está atada a la impavidez académica y la burocracia colegiada. El colectivo implica identidad, juego y acrobacia. Desde Black Market pasando por Nortec las evidencias son demasiadas, lo que un colectivo logra permite saltarse etapas que de manera individual o altamente especializada quizás tomaría más tiempo y esfuerzo. Me refiero principalmente a lograr colindar distintas visiones, historias y anhelos –algo que escasea en nuestro país-. El colectivo debe fomentar y aprovechar la participación del sur, del centro y del norte en la redefinición de diseño, nuestra manera de hacer diseño.

Por lo tanto, al haber reflexionado sobre nuestra necesidad de diálogo, el colectivo precisa de manera apremiante realizar un proyecto que promueva la discusión y argumentación de todas las partes sobre lo que somos, lo que hacemos y lo que deseamos los mexicanos. Construir un diseño que evalúe y ponga en marcha la democracia y tome una postura política –aunque por sí solo el diseñar es hacer política-, es por naturaleza propia de los colectivos una sustancia necesaria en el amasado multidisciplinario de las partes.

Utilizando esos ejes –identidad y diálogo- como pretexto para evaluar y determinar los adecuados, convenientes, procesos de producción que se deben proteger o activar en México, el colectivo actuará un gran papel en la mejoría de los mecanismos sociales. Y de esta forma solucionaremos ya gran parte de la historia que pretendemos narrar en el futuro del diseño mexicano. El para qué de un colectivo es algo que espero haber explicado con estas líneas, el cómo será parte del proceso del grupo, de la respiración y movimiento de las partes en los ejercicios reflexivos a que sean sometidas.

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Junio de 2006. Torreón, Coahuila.

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